La luna y su influjo desde tiempos ignotos ha sido un astro con enorme influencia sobre las personas y sus comportamientos. También, se dice, que las ceremonias o los actos de magia blanca realizados bajo su presencia, aumenta de manera notable sus efectos y consecuencias. Son los llamados amarres fuertes de amor o, hechizos de luna llena.
La luna llena es un astro mágico, de una fuerza poderosa y de un misterio insondable. Para algunas culturas paganas, la luna es un elemento esencial para actos como encontrar el amor de nuestra vida, encontrar trabajo, la sanación de determinado tipo de enfermedades o, incluso, de algo tan hermoso y femenino como quedar embarazada. Todo ello es posible bajo la luna, pese a las posibles adversidades y fracasos que en tiempos pretéritos pudiésemos sufrir. Lo óptimo, como ya hemos dicho, es siempre realizar este tipo de rituales en luna llena, para saber cuándo se producirá este fenómeno podemos consultarlo en cualquier página de internet buscando “calendario lunar”. Es importante en los días precedentes concienciarnos para lo que vamos a hacer.
Para culturas paganas, como ya hemos visto, la luna es un elemento esencial en todos sus ritos. De hecho es un elemento que se vincula siempre con la el género femenino. De entre las muchas entidades cósmicas se podría decir que, la luna hace posibles las mareas, e incluso afecta al propio comportamiento humano, en un plano psíquico, también lo hace en el físico, ya que en un 90% somos agua. Es por ello que tanto en la naturaleza, como en el propio ser humano la luna es un elemento de gran poder. Desde hace mucho tiempo se conoce este dato y es por ello que algunas personas instruidas en la materia utilizan el propio poder de la luna y su influencia, como elemento vital para hacer hechizos fuertes, en este caso vinculados al amor, si bien, como hemos visto, también pueden ser de otra naturaleza y para otra finalidad.
Los antiguos druidas, por ejemplo, pensaban que la luna y su influjo podía atraer fácilmente un gran número de cambios a nuestra vida. En este caso, como ya se ha dicho pueden ser psicológicos, de conducta o incluso físicos.
En cuanto a cambios físicos, se dice, por ejemplo que el cabello crecerá antes si se corta en luna llena, o que las podas de los árboles en luna llena favorecerán la proliferación de frutos. Incluso, es una buena pista que, para según qué culturas o mitos, la luna llena podía llegar a gestar cambios como el paso de hombre a lobo, tal fue su influjo desde siempre.
En cuanto a los cambios conductuales, existe una palabra “lunático”, derivada precisamente de luna. Concepto que define una actitud errática y casi demencial, ya que en la antigüedad se creía que su influencia podía afectar al cerebro y al comportamiento de las personas. En según qué creencias la luna viene, también, asociada a la locura. También se cree que las grandes tragedias de amor, o según qué actos violentos se cometen en noches de luna llena. Es como si la luna, su poder de energía plena que ejerce sobre nosotros, nos brindase ese “empujón”, o ese “acto de valentía” o ese “toque de locura” para hacer algo, a veces, tremendo y dramático.
Por otra parte, se podría decir que, dentro de cada ciclo lunar de 28 días, este elemento emite una serie de impulsos que determinan cierta predisposición para según que acciones en la persona. Así, podríamos hablar que:
- Luna nueva. Es el comienzo del ciclo. Un momento de oportunidades y de intuiciones. Es un ciclo en el que eclosionan distintos tipos de sentimientos y seres. Se dice, por ejemplo, que las embarazadas tienden a dar a luz, precisamente en este período lunar y que los niños nacidos en este momento, vienen determinados por una importante ascendente lunar.
- En el cuarto creciente, es un momento propicio para cuestiones caseras, laborales, cuestiones monetarias y físicas. Al final de este período lo material torna en personal y espiritual, los últimos días, por tanto, de cuarto creciente serán óptimos para encontrarnos con nosotros mismos y favorecer nuestro propio bienestar espiritual.
- En luna llena, se produce un momento propicio para el nacimiento de nuevos proyectos, también para la elaboración, como ya hemos dicho, de los más fuertes y poderosos amarres, muchos de ellos vinculados con el amor o la fecundidad.
- Menguante. Última fase lunar. Momento adecuado para vencer vicios, desterrar obsesiones y preocupaciones
Deja una respuesta