Demonios antiguos: su clasificación

Existen múltiples clasificaciones de entes dedicados al mal. En la actualidad, la Iglesia,  se basa en una interpretación moderna de una obra publicada por Peter Binsfel en 1589, obispo y teólogo alemán. En esta obra encontramos una lista autorizada por la propia Iglesia de demonios antiguos o “príncipes del infierno” relacionados con los siete pecados capitales. Estos son los principales demonios según la Iglesia Católica:

• Lucifer, etimológicamente el que porta la luz (lux-fero). Es el príncipe de todos los demonios, en esencia es un arcángel que cuestionó a Dios y blasfemó contra su señor pronunciando las famosas palabras “non serviam” (no te serviré). En esta frase muchos han visto un principio de rebeldía y valentía contra las normas establecidas. Lucifer asume todos los pecados, ya que éste quería competir con Dios en cuanto a belleza y poder. Tras su rebelión fue arrojado al inframundo y su nombre cambió de “el portador de la luz” al de “el adversario” o “el maldito”
• Otro demonio antiguo es Mammón, que en arameo significa riqueza. En el Nuevo testamento este demonio  se identifica con la riqueza y la avaricia. Es en esencia muy similar este demonio al Hades griego. Además de la avaricia, este ser incluye aspectos como la deslealtad, la traición y el engaño. Esta figura recuerda mucho al discípulo que traicionó y vendió a Jesus, en la última cena.
• Satanás, es un demonio superior, de origen judíco. Etimológicamente su nombre viene a significar “el que se mira” “el que se refleja”. Hiende sus raíces en las religiones abrahánicas mas antiguas que muestran a este ser como la encarnación suprema de todo mal. Es un demonio de los más temidos. Tiene a su cargo, según la tradición cuenta, a más de cuarenta legiones de demonios y posee el don de saber todo lo acaecido en el pasado y lo que acaecerá en el futuro. En la tradición judáica, se le representa como un lobo con cola de serpiente arrojando fuego. La Iglesia Católica vincula a este demonio con sentimientos como la ira y el dolor. Satanás es el rey de los demonios antiguos.
• Asmodeo, representante de la lujuria y la apetencia carnal. El origen de este ser, se remonta a la religión mazdeista persa. Este ser ya es identificado en el libro de Tobias, dentro del Antiguo Testamento, es por lo tanto un demonio antiguo. La lujuria es concebida como un intenso deseo sexual sobre la persona afectada, o incluso los sentimientos y pensamientos posesivos y lesivos para la otra persana.
• Belcebú. Etimológicamente, el término viene del Baal Zaebub, más exactamente de la expresión hebrea Ba´al Z´avuv, cuyo significado es “señor de las moscas” Se trata de un ser con rostro deformado, coronado con una cinta de fuego, negro, amenazante y peludo, con alas de murciélago.
• Leviatán. Es uno de los demonios antiguos más conocidos. Es un ser oscuro, tenebroso y maligno que habita en el mar, según el Antiguo Testamento. Representa  la envidia y se caracteriza por un deseo incesante de posesión, bien sea de otra persona o de un objeto.

• Citaremos por ultimo a Belfegor. Se trata, según la demonología, de un ser hermoso, bello, pero con cuernos de carnero y grandes patas de lobo. La habilidad de este demonio es seducir a la gente por medio de inventos ingeniosos. Este ser aprovecha algo tan humano como el deseo o la necesidad de las personas para seducirlas. Es arquitecto de sueños y mentiras. A pesar de su vinculación con el ocio, si se mira desde una óptica espiritual, consideraremos que estamos ante un ser peligroso que aparta al creyente de las obligaciones espirituales o divinas. Es curiosa esta concepción en un  tiempo, el de hoy, donde impera precisamente eso, un alejamiento de la iglesia y los dogmas católicos, en pos de una fuerte actitud hedonista y despectiva hacia todo lo espiritual por gran parte de jóvenes y no tan jóvenes.

Fuente: madridiario.es