Uno de los mayores peligros de la ouija viene dado por la ignorancia de quien utiliza este elemento y su poder como un juego. Ha sido una noticia aparecida muy de pasada en enero de este mismo año, el 2016, el que me ha hecho redactar este artículo a modo de reflexión. El caso se dio en la ciudad de San Ignacio de Velasco, a unos 500 kilómetros de Santa Cruz, en Bolivia y es un claro ejemplo de los peligros de la ouija.
En los noticiarios de este país amerindo (El Diario el “Dia de la Santa Cruz”) Abría su portada con las declaraciones de un portavoz de la Fuerza especial contra el Crimen, según las autoridades, Jaquelín, sus familiares declararon que la joven, de 22 años, comenzó a perder el apetito, a desarrollar convulsiones y que horas más tarde cambiaria de voz, pasando a hablar de manera mucho más grave y a veces de manera inteligible.
Una vez llevada la joven al hospital de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, y tras un minucioso estudio clínico se le dictaminó que no tenía afección física ni psíquica de ningún tipo; de este modo fue llevada otra vez a su casa. Nada más llegar comenzó a proferir gritos y a repetir la frase “no voy a dejar este cuerpo” por ello y por las lesiones que se empezó a infringir, al familia fue llevada a una iglesia. Acostada la joven sobre una cama, ya en el recinto sagrado, los pastores comenzaron a rezar por su alma. Una persona que participó en el ritual, afirmó que podía ver la cabeza del demonio en lugar de la niña y a tres serpientes saliendo de su estomago. Sin embargo, según informes policiales la joven murió el lunes 23 de diciembre del 2015.
Según el informe policial:
Jaquelín Chávez murió de causas naturales debido a una parada cardiaca, siendo sus hematomas y las abrasiones presentes en su cuerpo realizadas por ella misma debido al estado de trance por el cual había pasado
A modo de reflexión: peligros de la ouija
Cada vez son más los casos de supuestas posesiones en todo América Latina, donde aún hoy la falta de educación la violencia son factores comunes a muchos países. Quizá la presión de la iglesia es también un elemento determinante para todo este tipo de creencias y, resulte que la mayoría de los casos tratados como “posesiones” sean dolencias psíquicas relacionadas con un medio hostil y unas condiciones de vida depauperadas y, en muchos casos, determinadas por la desesperación.
Uno de los curas que participó en el rito afirmaba a un medio local:
estas cosas no pueden ser explicadas fácilmente. El espíritu de Dios se revela a través de sus espíritus. Jugar con una oija hace que las personas se alejen de la santa protección del Padre.
Es una cuestión harto complicada, no cabe duda. Racionalmente uno se inclina a pensar en alguna enfermedad de corte esquizoide como explicación de los síntomas de la joven, por otra parte, incluso, la sugestión en este tipo de ritos, dentro además de suelo santo, puede llevar a ver a los participantes cosas que verdaderamente no existen, como la cara del demonio, o serpientes saliendo del vientre de la joven.
A veces ocurre que lo más inocente, es lo más perverso y lo más peligroso, es el caso de la ouija, aparente desencadenante de la tragedia de Jaquelin Chávez; una joven más, de 22 años, muerta sin una causa aparente, cuando comenzaba verdaderamente a vivir.
Se me hace difícil imaginar lo que realmente ocurrió. Creo que nadie lo sabrá jamás. Quizá una enfermedad mental, que no se supo detectar en el hospital y las creencias de unos padres humildes y temerosos, quizá la somatización de una joven de 22 años que sugestionada por juegos con la ouija y con la creencia de que ha contactado con un demonio habla y cree y piensa que está dentro de ella, o quizá una verdadera ocupación de su cuerpo y su alma, algo que nunca se sabrá, pero algo que, en definitiva, nos tiene que prevenir a quienes no tenemos experiencia en ello, para jugar con elementos potencialmente peligrosos como una ouija.
Deja una respuesta