Según la cosmogonía griega, el mito de Casandra (etimológicamente la que enreda o enloquece a los hombres), era hija de Priamo y Hecubea y hermana gemela de Héleno. Según las crónicas, al nacer se festejó su venida al mundo en el Templo de Apolo, a las afueras de Troya. Al anochecer, sus padres se marcharon, dejando a los recién nacidos en el templo. Cuando regresaron por la mañana, se encontraron a los dos pequeños dormidos mientras dos serpientes pasaban sus lenguas por los cuerpos de los dos niños. Ante tal visión los padres horrorizados gritaron de angustia, ante lo cual las serpientes se retiraron.
Esta es una versión, cargada de simbolismo, de cómo Casandra adquiere el don de poder ver el futuro. Otra variante indica que fue el propio Apolo quien, enamorado de Casandra, le prometió el don de ver el futuro si se entregaba a éste. Ella aceptó. Se cuenta que, una vez adquiridos sus poderes proféticos, ella se negó a yacer con el propio Apolo. Este dios encolerizado le escupió a la boca y le condenó a ver solo las cosas malas de sus seres queridos y al descrédito de sus premoniciones.
Es así como Casandra se convierte en una fuente de continuo dolor y frustración. Según distintas fuentes, Casandra vio la destrucción de Troya y de toda la civilización griega, incluso la muerte de Agamenon y su propia desgracia.
Visiones del Futuro: el mito de Casandra
El hecho de querer conocer el futuro es algo tan antiguo como el propio hombre. Para la cultura griega es una obsesión el adelantarse a los acontecimientos ya que, se creía, que con ello los griegos serían invencibles en las batallas y su memoria se preservaría por siempre. Los famosos oráculos, o incluso las sibilas son métodos y personajes que denotan esta costante obsesión.
Volviendo a la figura del mito de Casandra; se puede ver como sobre ella recae la peor de las maldiciones: ser conocedora del futuro y que nadie la crea o, ver solo aquello malo que acontecerá a quienes le rodean. En la figura de Casandra vemos el paradigma de la resignación y de la frustración. No hay mayor desgracia que el hecho de saber y que nadie nos muestre crédito.
Volviendo al simbolismo del episodio, vemos como en la primera versión dos serpientes lamen el cuerpo de la pequeña. Ya para los griegos, la serpiente tiene connotaciones de animal misterioso, oscuro y transmisor de secretos. Para la cultura cristiana simbolizará algo parecido como a la tentación y la reencarnación del mal.
Por otra parte, cuenta la mitología que Apolo puso a Pitia como sacerdotisa de su templo, no se olvide que el episodio de Casandra se desarrolla precisamente en este lugar. Pitia era la mensajera entre el mismísimo Apolo y los hombres, mediante ella se podía hablar con el dios e interpretar sus predicciones, siempre un tanto ambiguas. Nótese como la existencia de seres o personas que hacen de conexión entre distintos mundos, lo que nosotros llamaríamos médiums, ya existían desde la antigüedad más remota. Se piensa también, que las sacerdotisas se ponían a los pies de un laurel (árbol sagrado) y, habiendo ingerido distintas sustancias alucinógenas, entraban en estado de trance. De igual manera ocurría en los oráculos, donde se tomaban distintas sustancias para tener contacto con otras dimensiones. Nótese cómo siglos después, precisamente, las brujas en distintos tipos de aquelarres o sabbats obraban de igual manera para tener contacto con otros mundos o para ver al propio Lucifer en la figura del macho cabrío que les solía acompañar.
Casandra fue una de las primeras videntes, hay incluso versiones en las que se nos dice que perdió la vista, pero conservó el profético don de la adivinación y la desolación de saber el final de todos sus seres amados. Y es que, como alguien dijo una vez, para ver no hace falta mirar, primero y ante todo hay que creer.
Deja una respuesta